La guerra de aranceles entre EE. UU. y China, los controles a la exportación de alta tecnología, las sanciones económicas a políticas chinas y, finalmente la pandemia hicieron evidentes las vulnerabilidades de las cadenas globales de suministro de semiconductores y medicamentos, afectando a sectores de la salud, la automotriz, el cómputo y las telecomunicaciones, entre otros.
Ante el aumento de amenazas persistentes, ramsonware y grandes fugas de información, las medidas y tecnologías de protección informática son prioritarias para los negocios y para el sector público; sin embargo, esto no se refleja necesariamente en mayores presupuestos en México.
Los negocios de tecnologías y telecomunicaciones han sido resilientes y presentan una recuperación sólida durante la primera mitad de este año: con un crecimiento de la facturación total de 9%, respecto al mismo periodo del año pasado.
A principios de este año, Select terminó una encuesta para evaluar el avance de la Transformación digital en México, entrevistando a más de 170 ejecutivos de tecnología y comunicaciones (CIOs) dentro de las 1500 organizaciones más grandes de México.
A final de mayo del presente año, el INEGI publicó los resultados de la tercera encuesta sobre el impacto del Covid-19 en las empresas. En esta tercera edición se estima que 85.5% de las empresas continúan con afectación a causa de la pandemia, 1.1% menos lo mencionado en nuestro Reporte Tecnología y Negocios de abril
Los mayoristas TIC no son sólo intermediarios en la cadena productiva: son una plataforma que habilita los negocios de tecnología y telecomunicaciones mediante la entrega de servicios profesionales/técnicos, capacitaciones, marketing, dispersión de productos y financiamientos a sus asociados.
Una de las palancas de Transformación para mejorar los procesos de toma de decisión y reducir tiempos de respuesta de un entorno volátil descansa en la adopción de mejores prácticas de gobierno y gestión de datos, además de la implementación de tecnologías que permitan consolidar y analizar grandes volúmenes de información.
En diciembre el año pasado el INEGI publicó los resultados de una segunda encuesta sobre el impacto del Covid-19 en las empresas. La ECOVID-IE segunda edición estima que 86.6% de las empresas tuvieron alguna afectación a causa de la pandemia y que la disminución de los ingresos fue el principal problema que reportaron 79.2% de las empresas.
Si bien en México existen aproximadamente 4.7 millones de empresas (estimado para 2021), una gran parte de estos negocios no tiene acceso a tecnologías básicas como PCs y servicios de internet. Con base en los datos del Modelo de la Demanda TIC, realizado por Select desde 1995, 38% de las empresas en México tiene por lo menos una PC y sólo 18% cuenta con conexión a internet fijo.
Los negocios de hoy, más que nunca necesitan información que les ayude a encontrar y comprender a sus clientes potenciales y cómo estos están tomando sus decisiones en la adquisición de productos y servicios.
En semanas recientes, el tema de desabasto de semiconductores y chips ha tomado mayor relevancia en la agenda pública y de negocios, debido a las afectaciones que provocan para la reactivación de diversas industrias, incluida la automotriz.
Siempre ha sido de vital importancia entender cómo gasta el gobierno para así poder conocer sus prioridades y sobre esto las empresas puedan tomar sus decisiones, sin embargo, en la realidad en la que hoy nos encontramos esta necesidad se vuelve imprescindible.
Los mercados de nube y servicios de centros de datos crecen a doble digito a medida que las empresas y las agencias de gobierno avanzan en sus esfuerzos de digitalización y consecuentemente aumentan sus demandas de servicios de tecnología.
El Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2021 fue aprobado por 6 billones 295 mil 736.2 millones de pesos, este monto es igual al presupuestado en el Proyecto presentado a la Cámara de Diputados por el Ejecutivo Federal y es superior en 188,038 millones de pesos al monto aprobado en 2021, esto es 3.1% más que en 2020.
Como resultado de los complejos escenarios de 2020: menor actividad económica, desaparición de empresas, además del confinamiento de la población, tanto las empresas como los gobiernos padecieron una significativa reducción en sus ingresos; y consecuentemente, los presupuestos para tecnologías y telecomunicaciones, pese a ser claves en la nueva realidad, fueron recortados.